La evacuación en dos trenes durante la Guerra Civil que terminó con más de 200 asesinados

Vea la segunda parte del documental 'Violencia en retaguardia'

A lo largo de la Segunda República, y muy especialmente tras la revolución de octubre de 1934, tuvo lugar un rápido proceso de radicalización de la vida pública. El resultado fue que, en julio de 1936, muchos fueron a la guerra con entusiasmo para tratar de imponer sus ideales y acabar con el odiado adversario. Llegado el momento, la lucha no se ciñó a los campos de batalla, sino que se extendió a la retaguardia con el propósito de garantizar la unanimidad política del territorio controlado mediante los encarcelamientos y ejecuciones masivas de oponentes. En muchas ocasiones, la guerra sirvió de pretexto para lo que no eran sino venganzas personales.

Hubo ocasiones en que el intento de proteger a los detenidos dio lugar a consecuencias contrarias a las previstas, como ocurrió con parte de los derechistas detenidos en Jaén, que el gobernador civil decidió enviar a Alcalá de Henares para evitarles males mayores. La evacuación se organizó en dos trenes, el primero de los cuales logró llegar a su destino en la tarde del 11 de agosto de 1936, aunque 70 de sus ocupantes necesitaron atención médica por las agresiones sufridas a lo largo del trayecto y 11 fueron fusilados en la estación de Atocha por mandarlo así el jefe de las milicias socialistas locales, que era además agente de policía.

Aunque se tomaron más precauciones con el segundo tren, cuyo trayecto fue modificado, fue detenido en la estación de Villaverde por un jefe de brigada del Comité Provincial de Investigación Pública. El teniente al mando de los 50 guardias civiles que lo custodiaban, que habían sido reforzados por otros tantos guardias de asalto, pidió por teléfono instrucciones sobre lo que debía hacer, pero se le contestó que no se opusiera a la voluntad del pueblo. El resultado fue que hubo 200 asesinados, entre ellos el obispo de Jaén y su hermana, que cayó bajo el fusil de una miliciana.

El odio social, que en ocasiones acompañaba al asesinato de personas de derechas, dio lugar a episodios de gran crueldad, especialmente en ámbitos rurales, que en ocasiones los nacionales pudieron documentar de forma gráfica y dar a conocer en diversos folletos. Posiblemente, la foto que ha tenido mayor difusión es la de la matanza de las mujeres, niñas y criadas de la familia Llera, de Granja de Torrehermosa, cuyos hombres, a excepción del abuelo, habían sido asesinados en fechas anteriores.